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  • Mónica Rivas

Mi experiencia: me río de mí misma


“El humor tiene la capacidad de devolverte la certeza de que la vida vale la pena. Y uno se salva, a veces, por el chiste, por el mágico sonido de la risa, que puede no ser tu risa; por la escondida capacidad de tomarte el pelo, de verte desde fuera y reírte de vos mismo” Eduardo Galeano

“La risa es la distancia más corta entre dos personas” Víctor Borge

Yo no puedo decir que haya descubierto el sentido del humor a través del Mindfulness, porque recuerdo haber recurrido a él desde muy pequeña. Esta herramienta para tomar distancia me ha acompañado y me ha sido muy útil a lo largo de toda mi vida. El sentido del humor me ha servido para relativizar las cosas, desdramatizar ciertas situaciones, acercarme a la gente o incluso mitigar el miedo. Sin embargo, sí debo reconocer que al poner atención en el momento presente he aprendido a gestionar mejor mi sentido del humor, a diferenciar el “reírme con” del “reírme de”, a sintonizar mi ironía con mi corazón. Lo que ahora más me importa es conseguir que mi risa aporte alegría y ligereza, evitando cualquier signo de desprecio. La conciencia plena me ha llevado también a veces a frenar un chiste o una broma que pasa por mi mente si detecto que su único objetivo es el de convertirme en la protagonista de la conversación. Ese personaje ya no me interesa.

También, a través de la escucha consciente he aprendido a disfrutar más intensamente del humor ajeno, a no entrar en una competición de ingenios, sino simplemente escuchar al otro y vivir con intensidad el mágico momento de la risa compartida.

He comprobado, en fin, que al aplicar el Mindfulness al sentido del humor se crea una combinación perfecta, eficiente y directa para relativizar y tomar distancia, para vaciarme de mí misma y acercarme a los demás, para no tomarme nada demasiado en serio. Sobre todo, para no tomarme demasiado en serio a mí misma. Para aceptarme y aceptar. Para darme un baño de aquí y ahora.

MI PROPUESTA: Observa en tu día a día tu sentido del humor y tu alegría interna. Date cuenta del efecto que la risa o la sonrisa tienen en ti y en los demás. Detecta si tus bromas o tu ironía aportan alegría o desprecio.

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