Este discurso de David Foster Wallace es un alegato a favor de la consciencia y la empatía como forma de encarar la vida y romper con nuestra programación por defecto, la cual nos hace considerar nuestros problemas y necesidades más grandes e importantes que los de los demás. Esta programación es invisible a nuestros ojos porque, al igual que los peces que no son conscientes del agua en la que nadan, podemos vivir inmersos en ella en nuestro día a día sin ni siquiera darnos cuenta. (Pulsa sobre la imagen para acceder al link del vídeo en Youtube)