La fortaleza interior nos ayuda a superar los problemas, y se cultiva aprendiendo a dominar el yo interior, los pensamientos del pasado o inquietudes del futuro que nos atormentan o nos impiden vivir de forma equilibrada en el presente. (...).
El sufrimiento es, por tanto, escuela de fortaleza. Cuando el torrente que emana del sufrimiento es aceptado de manera "sana", uno adquiere un dominio interior importante y fundamental para la vida. (...)
Quien no tiene un proyecto, quien no conoce en qué se quiere convertir y no encuentra sentido a su vida, no puede ser feliz.
El equilibrio es aprender a mantener cierta paz interior, ecuanimidad y armonía a pesar de los mil avatares de la vida.
Extracto del libro "Cómo hacer que te pasen cosas buenas", de la psiquiatra Marian Rojas Estapé