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Y, sin embargo, vuela

  • Mónica Rivas
  • 22 jun 2018
  • 1 Min. de lectura

Según las leyes de la aerodinámica, es imposible que un abejorro -con su cuerpo gordo y sus alas cortas- pueda volar. Menos mal que el abejorro no lo sabe... y vuela.

Haz oídos sordos a aquello que te invalida y conviértete en la mejor versión de ti mismo.

 
 
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