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  • Mónica Rivas

Mi experiencia: me entusiasmo


“Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma” Schweitzer

“La capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual” Gregorio Marañón

La palabra entusiasmo proviene del griego y significa tener un dios dentro de sí. Al observar cada momento con una mente atenta y curiosa he descubierto que esta definición es cierta y que ese dios que está dentro de mí es el que me hace regocijarme con lo cotidiano y escapar del diablo de la rutina.

Para mí, actuar con entusiasmo no significa estar continuamente eufórica, sino tener presente en todo momento mi confianza en la vida.

Al cultivar la atención plena, he aprendido a vivir con más intensidad cada sensación, cada contacto, cada experiencia, cada relación. Al sentirme entusiasmada he vuelto a creer en mi capacidad de transformar las cosas; a creer en mí misma y en los demás.

A mí, hasta ahora, me resultaba fácil sentirme entusiasmada por los grandes acontecimientos de la vida, pero para conseguirlo ante las pequeñas cosas he necesitado aprender a ver el mundo con una nueva mirada, olvidándome por un momento de lo que ya sé y recordando la emoción de la primera vez. Esta visión de principiante me ha permitido, por ejemplo, descubrir la belleza que hay en el dibujo que forman las semillas de un kiwi en su pulpa verde. O entusiasmarme con el canto de los pájaros por la mañana mientras medito. O con el tacto suave de la piel de mis hijos cuando los abrazo. O con la conexión profunda que siento al conversar con ciertas personas o compartir con ellas lo que he aprendido hasta ahora. Resulta que todo eso me entusiasma.

No debo esperar a tener las condiciones ideales para entusiasmarme después, sino detectar la alegría que está dentro de mí y que no depende de lo que ocurre fuera, actuando así con el entusiasmo que mi vida merece.

Sólo actuando con entusiasmo puedo descubrir al dios que hay dentro de mí.

Mi propuesta: Actúa con entusiasmo para llegar a sentirte entusiasmado. No esperes a que se den las circunstancias ideales, los grandes acontecimientos. Intenta entusiasmarte ante las pequeñas cosas, como si las vieras por primera vez. Confía en la vida.

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