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Dalai Lama

Se llama calma


Se llama calma y me costó muchas tormentas.

Se llama calma y cuando desaparece

salgo otra vez a su búsqueda.

Se llama calma y me enseña a respirar,

a pensar y repensar.

Se llama calma y cuando la locura la tienta

se desatan vientos bravos que cuesta dominar.

Se llama calma y llega con los años

cuando la ambición de joven,

la lengua suelta y la panza fría

dan lugar a más silencios y más sabiduría.

Se llama calma cuando se aprende bien a amar,

cuando el egoísmo da lugar al dar

y el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma

entregándose enteros a quien quiera recibir y dar.

Se llama calma cuando la amistad es tan sincera

que se caen todas las máscaras y todo se puede contar.

Se llama calma y el mundo la evade, la ignora,

inventando guerras que nunca nadie va a ganar.

Se llama calma cuando el silencio se disfruta,

cuando los ruidos no son solo música y locura

sino el viento, los pájaros, la buena compañía o el ruido del mar.

Se llama calma y con nada se paga, no hay moneda de ningún color

que pueda cubrir su valor cuando se hace realidad.

Se llama calma y me costó muchas tormentas

y las transitaría mil veces más hasta volverla a encontrar.

Se llama calma.

La disfruto, la respeto y no la quiero soltar.

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