¡No corras! Ve despacio.
Que donde tienes que ir
es a ti solo.
¡Ve despacio! No corras.
Que el niño de tu yo,
recién nacido, eterno,
no te puede seguir.
Si vas deprisa,
el tiempo volará ante ti,
como una mariposa esquiva.
Si vas despacio,
el tiempo irá detrás de ti,
como un buey manso.